martes, 9 de abril de 2013

Peces en las Salinas

La abundancia de pequeñas presas que produce este sistema hidrográfico configura un hábitat que atrae y concentra, casi exclusivamente, a juveniles de peces cuyos adultos viven y se reproducen en el mar. Junto a la abundancia de alimento, la existencia de capas de agua de escaso espesor (que favorecen la mezcla de aguas de distinta salinidad, los cambios de temperatura y el aumento de la concentración de oxígeno disuelto) y la turbidez elevada actúan también como poderosos atrayentes.
La mayor capacidad de los juveniles para soportar estas oscilaciones del medio acuático determina una mayor presencia de estos que de adultos.

En su búsqueda incesante de alimento, desde los caños los juveniles se introducen en los esteros de las salinas, donde alcanzan el estado adulto tras dos o tres años de engorde extensivo, aunque no llegan a reproducirse (salvo excepciones) debido a la elevada salinidad el medio. Estos adultos no retornan al mar, puesto que cada año son extraídos como parte de la producción natural de estos recintos.


La diversidad y abundancia de juveniles de peces en los caños puede indicar que estos espacios húmedos continúan cumpliendo la importante función de áreas de cría atribuida a los hábitats estuáricos.

La calidad de este hábitat para la retención y supervivencia de los juveniles de peces viene determinada por factores bióticos, como abundancia de alimento y baja densidad de depredadores, pero varios factores abióticos intervienen activamente en el proceso, destacando por encima de todos la marea. Su ciclo diario determina invariablemente el llenado y vaciado de los caños cada 12 horas y, en consecuencia, la presencia de peces en muchos de ellos. Se ha observado que las corrientes de marea con flujo corto e intenso y reflujo largo y suave favorecen la penetración y retención de juveniles.

La evolución de la temperatura, la salinidad y la concentración de oxígeno está determinada por la distancia al mar y las diferentes estaciones climáticas. 

La turbidez del agua es uno de los factores abióticos más beneficiosos para los juveniles porque reduce la presión depredadora, al tiempo que favorece el desarrollo de altas concentraciones de presas zooplanctónicas asociado a las aguas someras. Así, las lluvias intensas, vientos fuertes y mareas vivas favorecen una mayor abundancia de juveniles en los caños, ya que producen grandes turbulencias que aumentan la turbidez.

Cada especie tiene su propio ciclo de abundancia de juveniles en los caños, determinado por la época del año y por la duración de su periodo reproductivo. De algunas especies podemos encontrar juveniles, en diferente estado de desarrollo, en cualquier época del año, debido a que tienen desoves múltiples o a que poseen un período reproductivo considerablemente dilatado.




Fuentes:

No hay comentarios:

Publicar un comentario